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SABIAS QUE?...

Es de hacer notar que algunas de nuestras consumidoras de las diferentes líneas de tratamiento, nos han informado que en épocas de luna llena el efecto de las cremas se potencializa y los efectos son más notorios.
En algunas regiones del mundo se tiene la creencia de que el poder de la luna sobre cualquier ente viviente sobre la tierra tiene fundamental influencia en sus comportamientos, en México se tiene también la creencia, que las dietas iniciadas en estas fechas tienen mejores resultados, estos datos no han sido comprobados científicamente, sin embargo quiero plantearles el hecho de que nuestro cuerpo se encuentra conformado por un 80% aproximadamente de agua y de que gracias a los efectos de la luna sobre la tierra como planeta se provoquen las mareas tanto en ríos como en océanos
A ti consumidor de nuestros productos te pregunto que en base a lo anterior ¿tú   crees que no nada más la luna, sino también los planetas y su posición dentro del Universo tengan algún tipo de influencia sobre nuestros cuerpos y nuestros comportamientos? Ahora que vuelvas a aplicarte cualquier tipo de tratamiento (sea médico o estético) te pediría que pusieras más atención en los resultados que obtienes de ellos.





Posiblemente te preguntaras ¿por qué en Arabia la gente que habita los desiertos (Beduinos) usa tanta ropa siendo que lo mas lógico seria usar menos?
Pues bien te he de decir que tiene mucha razón el uso no nada más el uso de mucha ropa, sino también el hecho de que esta sea gruesa.
Al poner atención en el tamaño de estas te podrás dar cuenta que estas son holgadas y por lo general son oscuras,  más específicamente la gente que vive en el desierto no así la gente que vive en la ciudad. La razón principal es debido a que la oscuridad de su vestuario no permite que los rayos solares lleguen a su piel, por otro lado esta misma ropa al ser holgada permite la formación de un sistema de clima controlado existente entre su piel y la ropa, lo cual por lo tanto evita una deshidratación y consecuentemente un cuarteamiento de la piel.


Esto en lo que corresponde al cuerpo.Por lo que a la cabeza corresponde he de decirte que los Turbantes (en hombre) y la Burka (en mujeres) tienen su función práctica, te comento que la temperatura del día en el desierto es tan excesiva, que si no mantuvieran la cabeza cubierta el mismo calor los haría perder la razón y llegar a una  desorientación total, hay que recordar que ellos se guían principalmente por las estrellas.
Ya te comente la función que tiene la ropa en el día. En la noche esta misma ropa en caso de encontrarse lejos de lo que nosotros llamaríamos su tribu, les funciona dándoles abrigo y manteniéndolos en una temperatura no tan extrema como en la intemperie, creo que no te había comentado que la temperatura en el desierto llega a caer varios grados centígrados por debajo de cero en las noches.
La pigmentación de la piel es oscura y gruesa lo cual permite tener mayor resistencia a los rayos solares, pero no los excluye de llegar a contraer cáncer por exposición.
El cambio climático nos ha obligado a cambiar nuestros hábitos cotidianos en las ciudades, teniendo que tomar medidas tan drásticas como el uso diario y de forma permanente de un bloqueador solar. Aun cuando ya se ha repetido en incontables ocasiones es muy real el hecho de la afectación de la piel por los rayos solares.

¿Conoces algún dato que pueda ser de interes?



El chocolate cuando es aplicado como tratamiento de la piel tiene varias virtudes adicionales a la hidratación.
Este por sus aceites y componentes naturales tiene la virtud de hacer segregar al cuerpo endorfinas, estas son  producidas de manera natural por el cuerpo cuando uno termina una rutina que no necesariamente implique un ejercicio como tal, sino que estas son las que también nos permiten descansar el final de un día de rutina normal.
Las endorfinas también llamadas moléculas de la felicidad, tienen la facultad de hacer que el cuerpo no nada más tenga una relajación plena, también permite al cuerpo tener una sensación de felicidad, esta sensación le permite al cerebro poder desarrollar cualquiera de sus aptitudes sin ser afectado por el estrés del trajín diario, llámese trabajo, escuela, tráfico y hasta el mismo bombardeo de noticias a las que somos sometidos en forma diaria.
Esta sensación no nada más es alcanzable con la aplicación de productos sobre la piel, este se puede llegar también en el consumo de productos de chocolate. Es importante que te haga notar que muchas veces el chocolate comercial con lo que menos cuenta es con chocolate natural, estos tienen como principal ingrediente,  aceites y saborizantes artificiales. Dentro de la República Mexicana hay poblaciones en provincia que elaboran productos con cacao natural, dentro de los estados más importantes en la producción de estos se encuentran Oaxaca, Chiapas, Veracruz y Tabasco.
El cacao en esta región sureña de la República además de ser usada en la producción de chocolate también se usa en bebidas adicionadas con algunos otros vegetales como el maíz, esta combinación es llamada pozol y se toma fría, es muy refrescante y energética lo que les permite a los pobladores de esta región continuar con sus labores en el campo, mismas que tienen una exigencia física considerable debido a que estas son efectuadas bajo temperaturas que rondan los 40°C.



El inicio de las cosas

El día de hoy me gustaría comentarles de una manera amena como es que se iniciaron los inventos, como en algún momento de mi vida lo leí y de ahí que este relato se haya convertido en lo que suelen llamar una “leyenda urbana”.
El cuento al que me he de referir lleva por nombre “la sopa de piedra”
La mayoría de las leyendas tienden a iniciarse con la frase “erase que se era”, en esta ocasión empezaremos haciendo referencia a un pueblo nacido en los verdes valles de la imaginación de cada uno de nosotros, ¿el nombre?, es lo de menos tan solo les diré que su población se estaba muriendo de hambre debido a que cada uno de sus habitantes contaba con suficientes recursos, no tanto económicos pero si materiales ya que cada uno de estos pobladores se dedicaban a la producción de diversas hortalizas, sin embargo tenían esa rara virtud de ser egoístas y no hacer mucha amistad entre ellos, por lo que tampoco conocían quienes eran sus vecinos, cosa extraña ya que era un villorrio con aproximadamente 120 habitantes en total.
Toda la gente tenía por rutina diaria el ir a cuidar su parcela darle su debido mantenimiento y regresar ya por la tarde sin tratar de cruzar palabra con alguien más “no fuera a ser que le envidiaran sus cosechas y estas terminaran echadas a perder”, ya que la gente pensaba que la envidia era algo que tiene el ser humano que no solamente podía llevarlo a un congénere  a la pobreza, sino que podría echar a perder toda la cosecha que con tanto trabajo que había llevado a cabo
Uno de sus habitantes al encontrarse en busca de algo que pudiera llevarse a la boca, caminaba al lado del camino principal que llevaba al centro del pueblo, se encontró con un riachuelo que bajaba de las laderas después del chubasco del día de ayer, bañando la piedra bola que se encontraba por toda la orilla de este, esta singular piedra que tiende a tomar esa llamativa forma después de ser arrastradas por un largo tiempo y después de haber recorrido gran trecho del rio. Decidido nuestro personaje al que le daremos el nombre de Juan, a acabar con ese sentir que nos da el también raro habito de comer diario al que llamamos hambre. No tardó en llenar la cazuela que llevaba consigo con agua y ponerla a hervir en una pequeña fogata con ramas secas que había buscado exprofeso para calentar el agua y meter en ella al menos una de esas piedras que pudiera darle algo de sabor al agua hervida.
Se encontraba en estos menesteres cuando sintió la presencia de una sombra que emergía de un lánguido cuerpo que todas vistas también necesitaba urgentemente de algo  de alimento de forma inmediata. Era Antonio uno de los principales productores de papa no nada más del pueblo sino de la comarca entera.  Este le pregunto
-¿Qué es lo que haces que huele tan bien?- a lo que Juan le contesto
-Una sopa de piedra
Perplejo el propietario de la sombra se acercó para verificar la veracidad de las palabras escuchadas, a lo que este agrego.
-¿Pero es que acaso el hambre te ha hecho perder la razón? A que sabrá eso que tú llamas sopa de piedra.
Juan sabiendo que el dueño de la sombra era propietario de una huerta donde acababa de recolectar grandes y rojizas papas, le dijo.
-Esta sopa podría mejorar en forma sustancial si le agregáramos algunas  papas.
La figura lánguida sin pensarlo dos veces le comentó que el acababa de recolectar en su parcela un gran número de papas y que le daría un par de ellas si al final le compartiera un poco de tan aromático guiso. Comentó que el tenia años de alimentarse de puras papas y aburrido de estas había dejado de comer, Juan accedió en el trato y la figura de Antonio se retiró en busca de las prometidas papas.
Juan saboreándose el guiso con las papas prometidas continuo con el cocimiento de la piedra, en el paréntesis de tiempo que se suscitó en la espera de las papas,  se presentó una  segunda figura con los mismos rasgos que la anterior, esta ocasión era Imelda, quien también atraída por el aroma que despedía esa olla humeante le preguntó.
-¿Qué es lo que haces que huele tan bien?- a lo que Juan le contesto
-Una sopa de piedra
Al igual que Antonio esta le recriminó haciéndole la misma observación.
-¿Pero es que acaso el hambre te ha hecho perder la razón? A que sabrá eso que tú llamas sopa de piedra.
Juan también sabía que Imelda tenía unos pollos jóvenes que producían huevos todo el año. A lo que le hizo la misma observación que a Antonio
-Esta sopa podría mejorar en forma sustancial si le agregáramos huevos al guiso.
Imelda con una historia no muy separada de la que Antonio le había contado a Juan, le dijo que ella tenía mucho tiempo comiendo únicamente huevos y pollo por lo que después de aburrirse de la monotonía culinaria había decidido dejar de comer, y le propuso que le daría un par de huevos maravillosos de los que producen su gallinas, siempre y cuando departiera junto con ella ese guiso que de imaginarlo nada más, le puso fuerzas a esas piernas ya carentes de carnes y tomo camino a su casa no muy lejana de ahí.
En estos menesteres estaban cuando Antonio  se hizo presente llevando las papas prometidas y dispusieron de ellas agregándolas a la burbujeante olla.
Mientras las papas llegaban al punto de cocimiento deseado Juan inicio la plática comentándole lo que había sucedido con Imelda.
La noticia no le pareció de momento muy buena siendo que mientras más se repartiera el guiso menos les tocaría a cada uno. Juan habiendo ya tomado en cuenta esto echo mando de su refranero que como todo un vademécum siempre lo acompañaba y ya sin consultarlo recordó que  “el hombre prevenido vale por dos” ya había previsto traer una olla más grande y agregarles más agua para que ninguno de los participantes quedara marginado a comer tan poco que no saciara su hambre con lo que Antonio le pareció muy buena la idea de enriquecer ese raro pero apetecible brebaje.
Aquel potaje siguió hirviendo llegando su delicioso aroma a cada rincón del pueblo, haciendo despertar la curiosidad de los habitantes y llevándolos al lugar donde se llevaba a cabo tan singular festín.
Empezaron a llegar todos y cada uno habiéndose corrido la voz y el aroma de lo que Juan preparaba, que todos llegaron con una aportación a veces pequeña otras grande dependiendo de la capacidad de cada uno, Juan siempre buscando un recipiente más grande en donde colocar todos los vegetales y distintas carnes de animales que fueron llevando al convite.
Al final del día no hubo uno solo de los participantes que no regresara a su casa relamiéndose los bigotes de tan buen banquete, que como dice el otro dicho “el hambre es canija y más el que la aguanta” y la necesidad los hiciera unirse y crear tan magnifico guiso.

El nacimiento de las grandes cosas e inventos no son más que el resultado de una necesidad por satisfacer, sino ese deseo oculto de siempre buscar la perfección y el ser mejor.

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